De tal forma, teniendo a la ONU como centro para la recolección y sistematización de los distintos planteamientos de los sectores y personas abordadas, se dio esta experiencia, por demás innovadora, de un dialogo abierto y transfronterizo, entre culturas y religiones, visiones políticas, modelo económicos, entre otros, reflejo de las circunstancias del mundo interconectado del siglo XXI y de la viabilidad de crear puentes a pesar de las diferencias.

En septiembre de 2015 quedan consagrados los resultados de ese proceso amplio de consultas, cuando los 193 Estados miembros de la ONU aprobaron los 17 ODS, que reúnen las distintas perspectivas planteadas. En la resolución adoptada, también reconocieron la participación de diversos sectores, lo que sugiere que actores distintos a los gobiernos no agotaban su involucramiento  en la identificación de desafíos globales, sino que además podían contribuir en su superación. Los países dejaron expreso que las autoridades locales tienen un rol fundamental para glocalizar – llevar a nivel local - y acercar la Agenda 2030 a las personas en sus comunidades, así como resaltaron las necesarias contribuciones de la comunidad académica, organizaciones sociales, sector privado, voluntarios y grupos específicos, como los pueblos indígenas y parlamentarios, para avanzar en su implementación.